martes, 15 de diciembre de 2009

Cyanide

Te estoy esperando.

Con gotas de mi cubriendo completa

La orilla del vaso.








En tu velador.


Espero a que vuelvas a hacerte familiar.

A entender



Que mis órdenes

Son tus debilidades-
Y mis caprichos-
Y que no hay espacio
Para un sueño-
Ni un deseo imposible-
Lo entenderás cuando
Sientas mis dientes
Chocar contra
Tu brazo
Y veas que lo que brota
No es glitter
Sino sangre.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Epifanía.

Peter, No te olvides de ese cartelito rojo, que te regalé.
Ni del labial púrpura, ni de los cojines.
Te saboreé con la intensidad
Inusitada de las publicaciones masivas.

Me relamí al sentir las fresas en tus mejillas-

Vomito ahora, sangrante.

Tendida sobre tus rodillas huesudas.
Lloro y grito.


Porque el camino
Ha sido distinto.
Y la bipolaridad de ambos.


Nos dirige al inevitable cuestionamiento. Pero sabes que eres culpable

De aceptar desde siempre la pro

Proposición.

Te relamiste al sentir el metal de mi muralla.


Vomitas ahora, drogado.

Por el plomo.


Y y por favor


No te olvides de ese cartelito rojo que te regalé y que dice:

Sabes a cigarrillo mentolado.

Y siento aromas tuyos paseándose por mis narices.
Te ví desde lejos con esa gente y lo supe.

Y olvidé la hierva y de pronto -- el único olor es el de
Una iglesia pecaminosa que se escapa del camino.

Y supe todo

(Mi gurú)

lunes, 23 de noviembre de 2009

La puta

En una esquina. Bajo un tejado pequeño y bajo. Una persona joven. dormita. Peter se acerca. Un beso en la frente. Un abrazo apretado. Caminan juntos hasta la mitad de la cuadra. Llena de niños jugando. La gente grita de ventana a ventana. Peter se espanta y corre hacia una puerta naranja. Un fajo de cartas sujetas. a un elástico bajo sus pies. Se inclina con apuro. Las toma. Las esconde. La persona tras su espalda. Mira curiosa. Con sus ojos pequeños. Busca explicaciones. Peter ignora. Abre la puerta salpicada de barro. Entran tomados de la mano. No sonríe. No respira. No habla ni balbucea. Se toma su saliva. Va hacia una ventanita. La persona se saca los zapatos. Camina arrastrando los pies hasta donde Peter. Ni una mueca. Sólo un abrazó silencioso y el sonido de la incertidumbre. Roza sus poros. Encrespa sus vellos. La persona descalza alcanza su garganta. Y la lengua siente los anillos. Y el pulso de la sangre que pasa. Las manos de Peter abrazan. Con pena. Con miedo. Como temiendo. Desenamorarse. de lo oficial. y ausente. en esa casa.


Es una casita de barrio.
Donde vive uno de los tres
Se desviste uno de los tres
Familiariza uno de los tres
Incesta uno de los tres

sábado, 7 de noviembre de 2009

Escitalopram 10 mg ( parte de P.E.T.E.R)

Peter estaba nervioso. todo lo atribuía. a la desenfrenada. y descarriada.gira.
por la que andaba conquistando. gente adolorida. con su voz. que hace doler los huesos. y las uñas y los dientes. hasta a las lenguas duermen aturdidas en llanto.
Lo atribuia, a esa maldita Sra.Fantasía. que habia dejado de cantarle boleros al oido. que habia dejado de retorcerse por entre sus piernas. que habia dejado de apretarle la mano. y que ahora
se apoyaba apenas, sobre sus zapatos. Y se dejaba barba. y ya no se pintaba las uñas.
Lo atribuía su gusto excesivo por el amareto.
Lo atribuía a su esquelto muerto.
a su piel muerta
a sus ojos muertos
a sus ganas muertas
a su amor muerto
a sus putas muertas
a su sexo muerto.

Peter ya no cantaba. no desbordaba masas.
Brillantina decidió llevarlo. Un curandero de esos. pequeños misteriosos hombrecillos. Observó la lángida figura de Peter. Muerta. que miraba sin interés. Muerto. El curandero con sus dedos artríticos. chuecos y paralizados. Se abalanza sobre los labios naranjos del paciente. Mete en ella una pastilla. y el resto en el bolsillo. de aquella chaqueta rosada. único recuerdo de la. fantasía de aquellos días.


Escitalopram 10mg. le dice. Con esto será feliz.


Entonces Peter llora desconsolado.
lo supera la pena.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La Tribu come corazones

El sol nativo nos
Dibuja entre las lianas
Y la serpiente,
Adula a la permanencia.
Anudando mi muñeca,
Bailarina salvaje junto a la hierba.

En sus ojos detonantes
Festejan los festivales
Caníbales.
Las lanzas esperan ansiosas
El objetivo.
Y fuera de ellos:
Los dientes se entrenan masticando
Algunos huesos viejos.


No bailes muñeca,
Qué el sonido desfila
Triunfante.
Se acerca curioso
Y se aleja,
Se acerca enojado
Y retumba.
Es depredador de torceduras,
Jamás rapiña de almas diluidas.
Se acerca alucinado,
Y tambalea
Se acerca gutural
Y se abalanza.

Los dientes se entrenan masticando
Algunos huesos
Tibios y jóvenes.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Pequeñas narraciones de un desastre.

I

Joya. Un pintor sobrio se encuentra decorando el chalé medio roñoso de la esquina. Lindo color. La morena media voluptuosa con cara de pelicano viejo, lo observa admirada. La brocha casi pelada se desliza entretenida, ella patina sobre el hielo marino. La morena trae una brocha de recambio. El pintor la rechaza. El ama a las viejas. El pintor quiere dibujar un mural. Un mural radical, u obrero socialista. La morena le trae los pinceles. Joya. Una anciana apenas baja la escalera de barra carcomida. Al pintor no le importa, está inspirado. La morena es floja. La anciana se devuelve y apenas se afirma de los cardenales secos. Nadie riega las plantas. Nadie tiene plata para pagar el agua. Joya. El pintor se estremece, y la morena se asusta. No le importa, faltan solo unos toques y termina su obra. La morena va a buscar una caja de vino para celebrar. El pintor pone la fecha sobre la muralla. 16. Joya. El mural se estremece, las faldas de la morena también. Los pies descalzos del pintor sienten la vibración de los adoquines. Agosto. Joya. La morena sugiere tomar el vino en la arena junto a los borrachos. Antes, el pintor firma: Joya, 16 de Agosto.

II

Longaniza. Pedro come porotitos con riendas con la cuchara de cobre gigante. Los porotos bailan apunto de salirse de la pista. La mamá de Pedro grita y Pedro se pregunta por qué. Chupa un tallarín y el jugo se le queda en sus labios, de su boquita chiquitita. La mamá grita en horror por la imagen surrealista. Pedrito no sabe como pararse. Picasso. No sabe como salir por la puerta. Ella se hacia la esquiva. Dalí. La mamá lo tomó por su manito y salieron de su casa. A la casa se le habían quebrado los huesos y se arrastraba por el suelo. Miró. La cancha de fútbol tenia parkinson y los balones rodaban como locos. La mamá gritaba. Pedro quería seguir comiendo. Longaniza. Se van a un campo con vacas. Pedro escribe en su libreta escondida. Enero. Él no sabe escribir, inventa. Longaniza. Pedro garabatea cosas. Matta. La mamá llora. El padre de pedro es un cura, lo dice el diario, un cura comunista. La mamá llora. El cura cena en Santiago. Una vaca se acerca. Longaniza. La vaca también llora. Todas las vacas lloran. 24. Pedro escribe en su diario. El recordará este momento: 24 de Enero.

III

Lobo en río. Ana hace burbujas por su nariz y boca y las dirige al cielo. Su piel se ve más blanca de lo normal. Ella se siente una pluma en el vacío. Hay muchas flores ahogadas cerca de su falda roja. Ana estira sus manos para alcanzar la luz. Las plantas se enroscan en su cuerpo. Fragmentos de piedras ruedan alborotadas. Lobo en río. Sus dedos al aire. Las uñas de Ana rasguñan. Burbujas. Su boca se abre como la de un pez. O –A –O-A. Burbuja. Su madre y hermana están cerca y también se encuentran ritualizando. Lobo en río. Ana saca desesperada de su cuello, una cadenita de oro. 22. Era regalo de su enamorada, tal vez por eso llora. Burbu. O-A-O-A. Los brazos han dejado de insistir. Bur. Las plantas la dominan. Aparece su amigo, el ni siquiera se esfuerza y se desploma. O-A-O-A. Lobo en río. La madre y hermana se han ocultado tras un sauce empapado. El padre sube a un álamo buzo. Ana lo ve desde lejos. Él también juega con burbujas. Ana le envía un beso. Mayo. El padre cierra los ojos y ana hace su última burbuja. Estaba cansada. Bu. B. 22 de Mayo.

viernes, 30 de octubre de 2009

nn

Abre tus ojos. Tu boca, tus manos. Tus brazos, tus dedos
Tus palmas, tus pies… tus piernas.
Deslízate por las cuerdas sostenidas desde mi cuello.
Me abalanzo, rígida y tú me esperas somnoliento y ansioso.
Un beso donde quieras,
Mientras huelo las puntas de tu pelo.
Un beso donde quiera.
Mientras muerdes sin suavidad los dedos de mis manos.
Un beso donde queramos.
Me arrastro gusana de seda.
Te arrastro, esclavo bajo tortura.
Yo te amo. Yo te amo.

lunes, 26 de octubre de 2009

gum!

Yo quiero ser como elástica. lástica. lástima de la pobre cabrona que sueña de día. elástica. elástico y alcanzarte. estirarme elástica. elasticamente para tí. hacia ti. y quién sabe quién ese tí. por quien quiero ser elástica. lástima por esa cabrona que ni sabe de lo que habla.

elástico efecto romántico alcanzan canciones. rodriguez silvio. mena javiera. y si también. la aspiránte a elástico sufre sola y en una bolcita llena de elásticos cortádos de tanto estirarse y que no alcanzaron nada. Pero elástica. lástica
canta canciones románticas, para hablandarse un poco de repente. para poder ser persona de repente.

Elástica. lástica. lástima pobre cabrona que no sabe escribir.

domingo, 25 de octubre de 2009

Falística.

Amo la imagen del falo bisexual que reniega de la búsqueda femenina, y que tampoco se anima a dejarla. Un falo que quiere ser una de nosotras, o uno que nos imagina en todas partes. O uno al que no significamos más que un triangulo caliente. Pasivo receptor de intromisiones-movimientos. Rociados por todo el espacio. O uno que no nos piensa como objeto sagrado-moral-correcto-religioso-puro-femenino-inigualable-objeto.
Amo al falo que se transforma en lo que quieres. un falo sin cultura. Que no sabe y toca y sigue el calor a ciegas. Un andrógino que confunde, enamora y aterra con su imagen-reflejo nuestro. Se maquilla, se tuerce y llora como nosotras. Un natural que se desliza por entre lo femenino/masculino. Que escupe semen en la cara de esas palabritas sagradas en la santa Biblia Heterosexual del buen hombre.

Sad news.

Maté al intelecto.
La triste noticia
Deshace a su público.
Derraman lágrimas y besos
Sobre su cuerpo desnutrido.
Alabanzas póstumas
A su vida y obra.

En una esquina
Deslizándose por el
Concreto, el silencioso
Vela el amor muerto
Y las caricias,
Y los juegos, y los paseos nocturnos.

¡El elefante famélico ha muerto!
¡El elefante famélico ha muerto!
Con una botella de ron
Vocifero exaltada.
¡Y no ha muerto de flaco, ni de casualidad!
¡Él ha muerto, angustiado
en la asfixia de mis manos!
No necesité palabras, sólo mis manos.

domingo, 18 de octubre de 2009

declaración. ( primera vez dicha : 2006)

Si deseas … me convertiré

En un amante


Muso bailarina o
Prostituta. .


Te hablaré sin angustia, y a tu oido.

No me reemplaces por aquella fantasía tuya. Te rodeo y
Reconoce: mientes sobre tu deseo.


Peter . me convierto en tu espalda rozando gotas de sudor.

lunes, 12 de octubre de 2009

Esto que es nada.

Los finales
Han dolido.
Y esto que no es un final
Destroza estrellas.
Forma pantanos
Y atrapa aves entre las lianas podridas.
Y esto no es un final.

Los comienzos
Hacen desaparecer
Brújulas y relojes
Y esto que no es un comienzo
Ha desaparecido
Días y meses
Ha mandado a volar el tiempo
Y esto no es un comienzo.

Los besos
Rompen labios
Y estructuras gélidas
Y esto que no es un beso
Ha roto caras, dientes
Y cuerpos.
Ha derretido glaciares.
Y esto no es un beso.


La nada
Hace olvidar
Y esto que es nada
Me recuerda tanto a ti.

Boca

Decidió volar a la esponja solar y mancharla de retazos escandalosos. Vertió sobre ella, aguas endulzantes y tintes arrolladores, mientras, danzaba al son de cumbias alemanas neonazis.
La esponja respiraba henchida en placer violento y cantaba alegre las orgías europeas en sus tonos autóctonos de indígena carnavalesco.
Apunto de explotar en álgido susurro, se rindió ante el reflejo apagado del caramelo azul. Se quedó tranquila y se durmió bajo el rito hechicero del retorcer.

Mis tiempos de Puta

Despertar.
Nací. En el pestañear del frío.
Cuando arrancaron las cobijas gusanas.
En cuanto mis piernas tocaron tierra.
¡Tierra! ¡Tierra!
Yo iba naufraga.
En anestesias ancianas,
En uvas destiladas.
1959 días.
¡Tierra! ¡Tierra!
Vociferante atleta, estrellé mi cuerpo
En las aceras lácteas.

¡Selva a la vista!
En vértices rotos, me arrastré
Jadeante en Opios quemados.
¡Hombre a la vista!
Desmembrada, veo como
brotan las madres,
los hijos y los padres.
¡Historia a la vista!
Despavorida, me consuelo en construcciones
Vanguardistas. Lagrimeo esperando las
Fisuras escapistas.
Nací. En el pestañear del frío.
en pacto con las rendijas de una puerta.
abierta. Nací, en el Prostíbulo.
El suelo de cristales espumosos desaparecen mi presencia
Resquebrajo tus hojas mudas de dolor cristiano
Y te sumerjo
Te ahogo en el sudor de mi almohada somnolienta
Te diluyo en mis esperanzas
Aplastadas por tu cuerpo.

Hello, GoodBye!

he decidio no alejarme. No eliminar de aquí la memoria. Hoy no soy sensitiva, sólo observadora inanimada. Y te observo, te miro, miro, miro, miro. Desde la agitada cabellera de una señora media calva.

The end!

Eres el último ser humano contemplando la fragmentación astroloógica premeditada. Duermes rodeándote de papelitos jamás bio degradables. Te acurrucas a un planeta naciente, cierras tus piernas y te acuerdas de lo que nunca hiciste antes del día. Sientes remordimiento por haber sido creyente y siempre haber esperado las trompetas y hasta creerte el anticristo. Y finalmente no es así como sucede. Eres tú el único testigo. Te preguntas porqué, y las esquirlas vecinas te responden que no fuiste elegido. La casualidad se dió por causalidad. Tu espina dorsal se ondulaba por un río, Y ves, ya no está. Caiste al vacío.

domingo, 30 de agosto de 2009

Sexta.

Peter recorre cuadrados pequeños. Una velocidad inesperada. Nadie esperaba. Aquella reacción. Él corre tras unas líneas verdes. Insulta a los guardias de azul. Quiere que le permitan avanzar. Se hace camino entre la gente. Aprieta brazos y patea zapatos feos. Levanta la cabeza de vez en cuando. No desea perder las líneas. A ver a quien lo espera. En un bolsillo. Una moneda. Para enfrente de la máquina de bebidas. Vuelve a mirar. Lo verde ha comenzado a desvanecerse. No aumenta la velocidad. Caen algunas gotas de agua sobre sus zapatos. Deja de recorrer cuadros. Se desorienta. Grita. Se eleva. No puede ser. Peter lanza su botella al suelo. Un auxiliar lo mira con enojo. Los guardias solidarizan. Caminan más atrás. Arrastran sus zapatos. Se resbalan con el agua. Peter corre, quiere encontrar a las líneas. Quiere ver las baldosas dibujadas bajos sus pies. Quiere llegar. Mi gurú espera. Espera. Se exaspera. Ve a los guardias apuntando con sus armas. Directo hacia el atleta. Ella. Que aguarda mira desesperada. Hacia los ojos que huyen. Por fin es el último paso. Mi gurú extiende sus brazos. Siente el sudor de Peter en la punta de sus dedos. El último cuadro. La última línea. Se abrazan. Terminándose lo blanco. Los guardias caen al vacío. Peter los escupe. Mientras caen. Miran desde el filo del abismo. Se confortan. Se hacen cariño. Caminan juntos de la mano. Por el pasillo del tren en marcha.
Mi Gurú lo observa. Embobada. Por sus ojos grandes. El la mira de reojo y se sonríe. Tiene su mano ahorcando la de ella. amenazándola. De pronto la boca de Mi Gurú despierta. Ya no estamos en Persápolis. Le dice. El se acerca y la abraza. inhala. Profundo. Como si se convirtiera en un globo gigante y necesitara. De todos. Un poco de aire. Se traga todos los aires. Y se saca el único que tiene. Ella lanza una carcajada. De espectador de circo. Le muestra todos sus dientes. Y el le muestra sus pómulos. Llenos de besos de ella.

lunes, 3 de agosto de 2009

Quinta

La actriz prepara una maleta. La repleta de trajes. Y pelucas. Falsas identidades. Y dinero lavado. Silba mientras ordena. Entona una canción añeja. De su tía. La cantante. Roberta. Semi-idola de los abuelos de la ciudad. Andariega también. Por eso Mi Gurú lleva de estirpe las andanzas. Toda su familia se había resistido a los poderes encantadores de los gobernantes y séquitos de la ciudad. Roberta residía en el pueblito adjunto. Otro distrito. Otra orden. Otro poder. Sólo de vez en cuando se quedaba en Persápolis para ofrecer dos funciones seguidas. En el comienzo de cada una. Tarareaba el himno de la ciudad. Mientras las luces se iban desvaneciendo y tan sólo una permanecía fuerte y le alumbraba la cara. Los ojos desafiantes en dirección a la policía. Que nunca ha dejado de hacer sonar los dientes. Tarareaba con los labios pintados de rojo. Se desnudaba y derretía en el escenario. Y comenzaba a cantar boleros.
Mi gurú silba uno de aquellos. Mientras cierra la maleta. A su alrededor otros actores y actrices empacan sus cosas. Y ordenan el teatro. Que otra vez se queda solo. Que guardará silencio y el eco de los pasos. De arañas. La dueña comienza a vestirse. Saca de un armario un vestido azul. Se acerca a un espejo y lo arregla. Se peina. Y mira también distraída. A los demás como se mueven. Mira al muchacho que siempre ha querido. Vuelve a su cara y se pinta los labios. En el tocador la llamaban las cartas de Peter. La más reciente. Tan suplicante de ayuda. Ella imagina al ídolo caer sobre sus piernas. Esa figura oscura y endeble caer enrollándose en sus piernas. Gesticulando. Ayuda. Se sonríe. Ella lo espera en la estación de trenes. Vestido de mujer. Lo espera con los pasajes en sus manos. Lo ve con los ojos llorosos en el andén. Lo ve tiritando entre sus brazos. Lo ve sudando en sus labios. Vuelve al espejo. Todos los demás la esperan a la salida del teatro. Termina el bolero de su tía. El teatro se vuelve una masa amarilla que la ahoga. Corre hasta la salida. Con gotas de pintura en su vestido.

sábado, 2 de mayo de 2009

Cuarta

El espectáculo dura una hora y media. Brillantina espera a Peter en el camarín. Para conversar sobre el próximo show. Peter se sienta y escucha sólo murmullos desde la boca. Su amigo sólo murmulla. Él sabe sobre el próximo show. Lo ignora. No escucha. Espera nervioso su partida. Quedarse sólo. Ver que Mi Gurú se acerca. Silenciosa y escapista. Verla desde cerca. Con rasgos de todo el mundo. Con aromas a otros lugares. Besada por todas las ciudades existentes. Con los ojos proyectando películas prohibidas en el imperio. Paisajes abrumadoramente nuevos para Peter. Espera que todo se contenga en ella. y verlo desde cerca. Casi tocarlo. Olerlo. Sentir e interactuar. Deshacer el compromiso con su amigo. Sin que este sospeche. Traicionar con todas sus ganas. Sin que nadie se de cuenta. Está ansioso. Su pierna se tambalea en movimientos cortos. Sus dientes se manchan a cada cigarro. Brillantina murmulla. Murmulla. El próximo show. De pronto se para y modula palabras de despedida. Peter asiente con la cabeza. Suspira. Ahora espera. Tranquilo. Sirve el agua tónica. Vuelve a suspirar. Y se lanza sobre el sillón. Gritando silencioso.
Mi gurú corre por el pasillo lleno de gente. Nadie la nota. Aún todos vibran exaltados. Y Brillantina los manda. Hace los planes. Para la actuación siguiente. De pronto la actriz se encuentra frente al camarín. Respira nerviosa. Ruega por que Brillantina no se entere jamás de su visita a Peter. Toma la manilla de la puerta. La gira. La puerta se abre. Y aparecen los ojos de Peter. Bien abiertos e inocentes. Como rindiéndose. Reverenciando a su divinidad. Peter se levanta del sillón. Se acerca a ella. Huele los aromas multiples. Cierra sus ojos y permanece allí. Casi abrazándola. Por unos segundos. Ella permanece quieta. Inmóvil. Peter vuelve a mirarla. Le ofrece el vaso de tónica. Ella prende su cigarro. Se sientan sobre el sofá. Y Peter la interroga. Quiere saber. Saber si vale la pena. Traicionar. Dejar de ser super-estrella. Dejar de ofrecer shows alucinantes y adictivos. Dejar de ser la droga de la ciudad. Venderse. Ser de todos. Convertirse en prostituta. Acostarse con cada lugar que visita. Dejar la cama de Brillantina. Dejar el glitter y la tónica. Mi gurú lo observa engatusada. Como hipnotizada con el cadencioso hablar. De Peter. Espera a que él termine su vaso. Y le responde. Si eres capaz de desfanatizarte de ti. Dice. Mi gurú termina su vaso. Se levanta del sillón. Ellos prometen escribirse. Ella besa la mejilla de Peter. Se queda ahí unos segundos. Lo mira y le sonríe. Peter la contempla. Mira su caminar a través del pasillo. Cuando da la vuelta. En una esquina. Peter cierra la puerta. Y comienza a pasearse desesperado por la habitación. Se muerde las uñas. De pronto se detiene. Se sienta frente a un espejo. Y comienza a quitarse el maquillaje. Y todo el brillo de la ropa. La gente afuera comienza a dejar el estadio. Y Brillantina maneja hasta su casa. El brillo se desprende a pedazos. El maquillaje cae deshecho. Y la gente empieza a olvidarse del ídolo

domingo, 26 de abril de 2009

tercera...

Le escribe a una actriz de teatro. Ella plagiaba a Shelley en una obra reciente. Y escribe monólogos para el año siguiente. Terminaba de vestirse para caminar al estadio. Y recibe el sobre. Con el nombre de Peter. Para Mi Gurú. Dice también. Se sonroja y sus dedos tiritan. Abre el sobre. Lee el mensaje. Plagio a Shelley. Monstruosa obra. Más monstruosa. Se escribe. Mi Gurú se sonríe y termina de leer. Agua tónica después del show. Ella se pregunta como se encontrarán. Nadie la conoce. Ni Peter. Ni ella a él. Sólo lo ha visto desde lejos. Ella cantando en medio del público. Y la imagen de Peter. Distorsionada por el humo y sus propios rituales sobre el escenario. Lo ha visto sentado en las gradas observando sus obras. Escondido de la gente. Ella también convoca. Público, perseguidor y fanático. Pero tiene fama de traicionera. Brillantina jamás pudo comprometerla. Ella sale y entra a la ciudad siempre que quiera. Lleva sus plagios y obras originales a todos los lugares donde le permitan actuar al aire libre. En la plaza central. Adora los espectáculos masivos en los que puede sentir como todos se desdoblan por alcanzarla. Traiciona a Persápolis. A las autoridades. A Brillantina. A Peter y a todos los obsesos necesitados de su teatro. Del que cuya puerta pende. Un cartel. Cerrado por VIAJE. Enfatizando. Haciéndose cargo de su actuar. Dueña y actriz de un teatro peregrino. Gitano. Nómada. Y gratuito.
Ella recuerda a Peter sentado. Con su cara semi-cubierta por el cuello de su abrigo. Relee el mensaje. Lo imagina cerca de ella. Hablándole. Con la orilla del vaso entre los labios. Ella con un cigarro. Encendido y tímido. Y la voz escondida. Aunque también ella es famosa. Peter la intimida. Se pregunta como sucederá. Brillantina siempre la observa. Más a su protegido. Guarda el mensaje. Bajo una caja de zapatos. Se mira al espejo. Una última mirada al teatro. cierra la puerta y corre al estadio.

sábado, 25 de abril de 2009

segunda parte....

Dos pasos hacia la puerta trasera iluminadísima de cascos policiales y dientes de oro. Otros dos hacia la puerta roja, la cortina rasgada. y los últimos dos acercándose a metros del zumbido. De las pirañas. De la ciudad entera que espera para lanzar latigazos. Pegajosos. Un Temblor en el tobillo flacuchento. El estadio entero se estremece cuando el foco principal del escenario le alumbra la cara. Deformes conchitas de mar. Abiertas y huecas. Sin perla, ni carne. Una cavidad acústica en la que Peter se recuesta y tuerce cada vez que entra en ella. Que a golpetazos de tacón fractura desde dentro y deja molerse al sol. De otro día.

El encargado de sus conciertos en la ciudad se abalanza. a las mejillas de Peter. A sus pómulos salientes. Que sonríen. Un abrazo estrecho entre ropas rasgadas y huesos. Cueros que comparten olores y cicatrices. De viejos amigos. De niñitos fantasiosos de distinta suerte. Brillantina. El glitter glue de los pasos de su artista estrella. El responsable del fervor de los muchachos y muchachas de Persápolis. Y Peter agradece con exclusividades, besos y propaganda para la ciudad.

Brillantina se abalanza sobre Peter y le entrega unos cigarrillos. Antes de adentrarse por el pasillo. Acercándose a la gente. Su amigo lo sigue. Vigilante. De cada segundo-movimiento. En el bolsillo de Peter sobresale una pluma. Y en los brazos de su asistente. Le hace morisquetas un cuadernillo y un fajo de sobres. Brillantina duda. El contrato es inviolable. Piensa. Lo perturba la idea de la traición. De la pérdida. De la distancia. De Peter lejos. De la ciudad sin publicidad. De su amante sin dinero. De deshecha su cara por los golpetazos. Que propinara su amante. Saque. La dueña de cada cosa en Persápolis. Dueña de cada mente y fijación de los glam. Peter se colaba por entre la mezcla papel-tinta. El contrato es inviolable. Se auto-convence. El contrato es inviolable. Se consuela. El contrato es inviolable. Asegura. Al mirar la sonrisa de Peter. Sereno y amigable. Vestido. Y listo para un par de cigarros. Unas palabras con Brillantina. Un trago de agua tónica sentados en el sofá del vestíbulo. La llegada de los demás integrantes de la banda. La explosión en su garganta. Y el titubear de su cuerpo rodeando la extensión del micrófono. Brillantina no duda. Su cara y amante. Duermen tranquilos. Ahogados con una almohada pesada de confianza. Peter descansa antes del show. Su pluma permanece en el bolsillo.

Los seguidores expectantes bailan con la música de telón. Un telón púrpura con sonido de guitarras y sintetizadores. La gente baila sudada. Y la música hace retumbar los vidrios y las uñas. Una mujer besa a un hombre. Vibrando un labio contra otro. Más distante del escenario. La policía hace sonar los dientes con el rebote de la melodía sobre ellos. Amedrentan a la gente. Seguidores angustiados por un lánguido baile de Peter. Torcido los cuerpos. Enredados unos con otros. Vigilan a los visitantes de las ciudades vecinas. Que mantengan el control. Que se enamoren de Peter. Que no regresen de donde vienen. Memorizan sus caras. Piden identificaciones. Chequean. Comprueban. Anotan. Archivan. Apuestan. La gente baila y disfruta. Engatusada por la estética de Peter. Su puesta en escena. Su banda. Su romanticismo oscuro. Su feminidad erótica. Sus facciones duras. Su cuerpo delgado. Su voz envolvente. Y líricas perseguidoras. Resonantes.

Los policías vigilan que todo ocurra. Tras bastidores Peter escribe incesante. Ansioso. Angustiada. Obseso. Apurada. Antes de salir. Antes de que despertara Brillantina. Antes de que el público comenzara a tocarlo. Y a ahogarla. Con los gritos. Chillidos lánguidos que tocarían. Su uñas. Y sacarían el esmalte. Escribía escapándose de los aplausos. Y de los pasos de Brillantina acercándose. Y de sus ojos que caerían sobre las palabras. Desconocidas. Para un desconocido. Atractiva. Y suplicante. Inquietante. insistente. Y amoroso. desconocida. apasionado. Sobre el papel excitado. Peter se apoya y delira. Con la fantasía. Con el humo cigarro-escenario entre los dientes convulsionando. Cierra el sobre transparente. Los aplausos y los pasos lo rodean y engullen. Y ella fantasea. Fantasea. El sobre se esfuma. Y él fantasea. Fantasea. Imagina al desconocida. Brillantina se acerca. Los gritos del público la carcomen presionando. Se levanta de la silla. Apaga el cigarro. Da un beso. Fantaseando desconocidamente. Escucha su nombre en forma de anuncio. Y corre.

P.E.T.E.R ( esto es parte de algo que comenzé a escribir en segundo de U.... y que aún sigue.

I

Una figura esquelética y suave. escupiendo polillas después de cada palabra pronunciada. ofrece concierto en Persápolis. El aviso aparece colgado de las ramas de los árboles. y de los brazos de los mendigos durmientes. La reacción masiva de los fieles peregrinando hipnotizados desencadena la furia de la crítica glam. . Falta brillo. Dicen. Falta color. Y un poco de alegría gratis.

La pista se repleta de gente sin espalda y con los tickets pegados a la boca. Y es que. todos dejan que ella se abalance sobre sus cuerpos y chupe obsesiones. que luego llegan hasta las puertas de sus casas. y se echan sobre el tapete de bienvenida. A Peter se le adhieren como cartílago continuando su columna. Se doblan y entrometen entre sus piernas. Como fanáticos asesinos. Fanáticos victimas de la voz ronca de gritos. y de la saliva amarga de la boca con besos de todos. Fanático obseso. Critico glam obseso: Falta brillo. Dicen. Falta color. Y un poco de alegría gratis Falta brillo. Dicen. Falta color. Y un poco de alegría gratis Falta brillo. Dicen. Falta color. Y un poco de alegría gratis Falta brillo. Dicen. Falta color. Y un poco de alegría gratis. Balbucean a la entrada del estadio. Le hablan a los perros que persiguen a las polillas. Con pedazos de abrigo de los reporteros en la conferencia de prensa. En sus bocas. Una cadena de traga-egos Sin embargo, los fanáticos corren. Se sacan todo el brillo, y gritan a Peter.
El sonido no sale aun por los parlantes. El sonido está afuera con los manifestantes. que piden estallidos de espuma y endulzante. No ecos de silbidos diluidos en la roca. No quieren a Peter dibujado en cada muralla de la ciudad. No quieren ninguna canción. en la radio que les recuerde. que bajo todo ese arco iris brilloso y el maquillaje, están las cenizas después del show. Y Cada vez que se acercan a la casa disquera para conseguir un record. Negación de la obsesión que los envuelve. Del estado de enamoramiento de la ciudad y la tierra que pisa. Y, aunque se lleve tan sólo gritos, criticas y algunos escupitajos en forma de coro. ella siempre vendrá. Es la ciudad que lo ama. lo amarra con sogas al portón de salida.
Los brazos de los seguidores se amarran haciendo nudos con las muñecas. Lo alcanzan cuando va a dar el primer paso. Y cruzar la linea. Pasar la reja. Un milimetro tras su espalda. Levantar la cabeza y mirar otra construcción. más lejana. Escuchar otros chillidos. Besar otras mujeres. Sentir otros abrazos. Ver otra gente. Sentir otra textura. Respirar un aire menos brillante y colorido. Persápolis sofoca y revive. Hace desfallecer a su estrella. Atándolo al escenario. a la estancia en la ciudad. Lo limita. Lo encierra. Lo apresa. Lo ahoga. Lo cubre. lo esconde. Lo protege. Lo sobre-esconde. Lo sobre-protege. Lo sobre- valúa. Lo super- valúa. Lo adora. Lo cultiva. Lo honra. Lo desea. Lo perpetúa. Lo hace brillar más que cualquier otro ser glam. Hace de él un enigma y deseo para las ciudades cercanas. Para sus fans distantes. Los obliga a visitar la ciudad. A colmar hoteles. Plazas. Restaurantes. A repletar el estadio. Y bolsillos. Municipales. Peter canta a los visitantes Amordazado por un compromiso infantil. Con aromas a té. Y colores sepia.