lunes, 12 de octubre de 2009

Boca

Decidió volar a la esponja solar y mancharla de retazos escandalosos. Vertió sobre ella, aguas endulzantes y tintes arrolladores, mientras, danzaba al son de cumbias alemanas neonazis.
La esponja respiraba henchida en placer violento y cantaba alegre las orgías europeas en sus tonos autóctonos de indígena carnavalesco.
Apunto de explotar en álgido susurro, se rindió ante el reflejo apagado del caramelo azul. Se quedó tranquila y se durmió bajo el rito hechicero del retorcer.

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